miércoles, 28 de noviembre de 2018

Capa 2

Hay más de 200 historias que se desarrollan en Arequipa
Historias que 
Dejaron huella

Alvear comenzó a escribir leyendas a partir de las noticias de los periódicos que él veía y que trataban de casos singulares como el asesinato de una judía o los primeros suicidios de varones en los puentes Grau o Bolognesi. Alguien quien también sigue su línea y destaca sus escritos es  Pablo Nicoli Segura, otro conocido escritor de leyendas. Nicoli a sus 53 años dice que hasta él mismo perdió la cuenta de cuentas leyendas ha escrito. Nicoli concuerda con Alvear, de que, las leyendas fueron traídas por los españoles pero que también ha influenciado mucho las historias contadas en México.

Algunos de estos casos son La Llorona o la historia de Mónica la condenada, que tuvo su propia versión en Arequipa y hasta se grabó una película sobre ella. Nicoli añade que también hay leyendas construidas en Arequipa y que no se basan en otras de otros países. Como la del diablo en la catedral de Arequipa, la del tuturutu de la plaza de armas o leyendas del volcán Misti, lugares y monumentos que solo existe aquí. Debajo del puente Bolognesi hay una piedra gigante, nadie sabe cómo llego hasta allí. Nicoli dice que hay diferentes versiones, una es que la piedra se desprendió de la tierra que colinda con el callejón Los Huesitos en la Alameda Pardo y la otra que durante años el caudal del río Chili lo arrastró hasta ahí. Lo que también cuenta Nicoli, en una de sus leyendas, es que en esa roca solían pararse sirenas que enamoraban a los varones que pasaban por el puente Bolognesi con el fin que estos se lanzaran al río. En pleno corazón de la ciudad, en la pileta de la plaza de armas existe un personaje que causa misterio en todas las personas que lo ven, el Tuturutu. Nicoli dice que hay cinco versiones de la historia de este personaje.

La que cuenta Alvear en uno de sus primeros libros publicados el 2001, dice que el Tuturutu fue un antiguo ángel que llegó a Arequipa y se ubicó ahí, cuenta que en un comienzo tenía alas y que por orden de un alcalde mandaron a desmontarlo y le cortaron estas. En otra leyenda se dice que el Tuturutu fue mandado a hacer por un artesano local y que este atrapó un donde para moldearlo y bañarlos en bronce. “Hay otras versiones que también son posibles, unos dicen que se trata de un soldado español que tocaba la trompeta para avisar la llegada de un ejército, otros dicen que podría ser un pregón que era un personaje que llegaba a las plazas, tocaba su trompeta para reunir a las personas y dar noticias”, dice Alvear. La última versión es poco creíble, se dice que se trata de un antiguo soldado inca. “Lo que si es cierto es que la escultura se mandó a hacer en 1735 y que fue un regalo del obispo Juan Cavero y Toledo”, interviene Nicoli.

Ambos escritores lamentan que en los últimos años se haya perdido la costumbre de contar leyendas en los hogares. Nicoli cuenta que antes en las casas los abuelos eran quienes contaban las historias a los hijos y nietos pero ahora ya no se ve eso. “Desde que empezaron a aparecer los televisores se dejaron de escuchar leyendas, antes todas las personas escuchaban radio y usaban también este medio para escuchar radionovelas y algunas leyendas, ese fue el punto de declive”, finaliza Alvear.

Pablo Nicoli conoce el trabajo de José Alvear Corimanya

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